lunes, 28 de febrero de 2011

Gamaliel Churata y “El Pez de oro”, diario de su frustración


Por: David Frisancho Pineda


I. Introducción

Con cierta frecuencia oía mencionar este título: “El Pez de Oro”, como una obra genial o extraordinaria de la literatura altiplánica, y también escuchaba referencias del autor, Gamaliel Churata.
Cuando llegó a mis manos la Antología de Gamaliel Churata, publicada por el Instituto Puneño de Cultura en 1971, lo hojeé con mucho interés (3).
El año 1987, la Corporación de Desarrollo de Puno, publicó el II Festival de libro puneño, cuyos 2 primeros tomos corresponden al “Pez de Oro” (4).
Los comentarios que escuché en su presentación me parecieron muy superficiales; esto despertó en mí mayor interés y cuando empecé a leer la obra quedé sorprendido por sus características “raras”, muy particulares, por su estilo y su lenguaje algo ininteligible, lo cual me indujo a interesarme por la vida del autor, encontrando que se trataba de un hombre “desafortunado”, de una gran inteligencia, bohemio y alcohólico.
Estas circunstancias me han inducido a interesarme por otros artistas y literatos cuyas vidas llenas de sufrimiento, frustraciones y pobreza, les han arrastrado al alcoholismo y drogadicción, que han influido poderosamente en su obra literaria; tal es el caso de Edgar Allan Poe (8) y particularmente James Joyce cuya obra “Ulises”, seguramente fue conocida por Gamaliel Churata, y que influyó poderosamente sobre él, que en cierta forma trató de imitar el estilo del escritor irlandés (6).

II. Datos biográficos

Es importante conocer la vida frustrada de Gamaliel Churata, para comprender el contenido de sus obras:
· Su verdadero nombre era Arturo Peralta Miranda; nació en Puno en 1897 y murió en Lima el 9 de noviembre de 1969 (72 años).
· Sus padres, de origen arequipeño, fueron el comerciante Demetrio Peralta y Doña María Miranda.
· Arturo estudió en el histórico Centro Escolar 881, dirigido por el gran maestro José Antonio Encinas. Éste en su libro “Un ensayo de Escuela Nueva en el Perú”, dice lo siguiente de su alumno: “…es la más recia personalidad de la generación que se educó en el Centro Escolar. (…) desde niño, presenta una vida interior más profunda; (…) Nada de dobleces tiene su espíritu; ninguna encrucijada guarda su conciencia. Sus impulsos, sus tendencias, sus rebeldías, surgen a la superficie expontáneamente”.
“…tenía entonces siete á ocho años. Era un chiquillo de recia contextura física y de una alegre fisonomía”
(5).
· Luego relata dos anécdotas en las cuales, Arturo Peralta, apodado ya Gamaliel, demuestra su rebeldía contra el castigo que injustamente le impuso uno de sus maestros; y cuando guardó silencio frente a la pregunta provocativa de un Inspector de Educación que quiso hacerle recitar “El Credo”, sabiendo que el alumno era librepensador.
· Finaliza Encinas relatando que a los 17 años Gamaliel era panfletario y orador de tendencias revolucionarias, por lo cual fue apresado y conducido a Arequipa. Posiblemente este hecho impidió que concluyera su educación primaria.
· Regresó a Puno y trabajó como cajista en el diario “El Siglo” y luego en la imprenta de Eduardo Fournier.
· En 1915 formó el grupo literario “Bohemia Andina”, con su hermano Alejandro, que era poeta, Emilio Romero y otros.
· En 1917, a los 20 años, era el guía intelectual de su generación.
· Fundó la revista literaria “La Tea”, donde escribía con el seudónimo Juan Cajal.
· Puno en aquellos años recibía toda la influencia intelectual vanguardista desde Buenos Aires, mientras permanecía ajeno a la capital peruana. Fue por eso que Gamaliel Churata viajo a la capital argentina.
· A su vuelta, de paso por La Paz, conoció al fraile Francisco José Zampa, que le convenció para ir a Potosí, a trabajar como tipógrafo en el convento de aquella ciudad. Allí logró formar el grupo literario “Gesta Bárbara”, que agrupaba a distintos intelectuales bolivianos como Carlos Medinacelli, Walter Dalence y otros.
· En 1919 volvió a Puno y fue nombrado Director de la Biblioteca Municipal, la cual con el tiempo se convirtió en su centro de tertulia literaria.
· Entre 1923 y 1924, agregó a su apodo escolar de Gamaliel el apellido Churata que con el tiempo reemplazó definitivamente al de Arturo Peralta.
· En esos mismos años conoció a una bella joven llamada Lucila o Alicia Calderón a quien apodó Brunilla y con la cual llegó a tener un apasionado idilio. De esta unión nacieron dos hijos: Teófano y Ayanita, quienes murieron al poco tiempo produciendo honda consternación en sus padres. Churata conservó en su cama las mascarillas de ambos.
· El dolor de Gamaliel llegó a su cúspide cuando falleció también Brunilla, y se sumió en la más grande depresión; inconsolable y ya alcoholizado le daba serenatas nocturnas en el cementerio, finalmente se dedicó al espiritismo con la esperanza de comunicarse con ella.
· Un tiempo después se relacionó con los intelectuales del Cusco y con ese motivo conoció a la poetisa izquierdista Rosa Rivera con quien se casó.
· Gamaliel Churata vivía pobremente en la ciudad de Puno, en dos habitaciones de construcción precaria, en el Jirón Orcopata, esquina con el Jr. José María Morel. Su acompañante era un campesino apellidado Pacho, bajó cuya influencia Churata se indigenizó; tomaba sus alimentos en “chúas de barro”. Leía mucho y además se alcoholizó, por lo cual llegó a sufrir un ataque de surmenage.
· Sin embargo se repuso y con denodado esfuerzo organizó el “Grupo Orcopata”, con la colaboración de su hermano Alejandro, Inocencio Mamani y otros. Con este grupo inició la publicación del “Boletín Titicaca” (1926), con el cual llegó a relacionarse primero con José Carlos Mariátegui y luego con los más importantes intelectuales de América Latina.
· Desgraciadamente la adversidad le hizo nuevamente su víctima. En 1930, luego de la caída del presidente Leguía, a raíz de una huelga del “Colegio San Carlos”, tuvo que renunciar a su cargo de profesor; y debido a sus tendencias y actividades como anarquista, durante el gobierno de Sánchez Cerro, su modesta vivienda fue intervenida y saqueada y finalmente fue destituido de su cargo de Director de la Biblioteca Municipal, donde había trabajado por cerca de 10 años. Además tuvo que ocultarse de una intensa persecución.
· Ernesto More refiere que en esos días, 29 de julio de 1929 en una reunión social en el Kuntur, cuando se inauguraba el Circulo Militar, se presentó ebrio con cuchillo y poncho, y subido sobre una silla hizo una alocución indigenista, causando estupor y mortificación. Este hecho y luego un furibundo manifiesto contra el Presidente Sánchez Cerro, determinaron su exilio a Bolivia.
· En mayo de 1932 viajó a La Paz, donde permaneció 32 años, trabajando como simple columnista y redactor en los diarios “Última Hora”, “La Razón” y “El Diario”, pero siempre viviendo en pobreza y necesidades, frustrado, chacchador de coca y alcohólico crónico. En 1957 publicó su único libro “El Pez de Oro”.
· En 1964 fue traído a Puno, donde se le dio trabajo en la Corpuno; desgraciadamente el cargo no fue de su agrado, por lo cual viajó a Lima en busca de una esperanza. Más tarde la triste realidad le mostró que una era un anciano desconocido.
· Pobre y enfermo falleció el 9 de noviembre de 1969, a los 72 años de edad.

III. Análisis psicopatológico

No voy a ocuparme del aspecto literario, del cual ya se han ocupado muchas figuras importantes de la materia, tanto de Bolivia como del Perú.
Sin embargo voy a citar literalmente algunas apreciaciones que servirán para nuestra intención de hacer una interpretación de las causas que influyeron en el “estilo”, la forma y el lenguaje usado en “El Pez de Oro”, y su contenido.
El título completo del libro es “El Pez de Oro o Dialéctica del Realismo Psíquico, Alfabeto del Incognoscible”. Ya por sí este título es estrambótico a los posibles lectores.
Fernando Diez de Medina, distinguido intelectual boliviano, dice: “¿Qué impresión produce el libro de Churata? Queda el lector tan desconcertado y tan admirado como al primer impacto. Acaso en mayor grado desconcertado porque la confusión, la estructura barroca, la dispersión sabia y excesiva persiste”.
Luis A. Sánchez expresa: “Churata nos da ‘retablos’ y páginas de Diario, pero sobre todo una valiente declamatoria, enrevesada y sin embargo alta y pura versión de lo que su ambición quisiera que fuese la literatura americana”. Y luego añade: “…pero no olvidemos la dosis de autobiografía que hay en este libro, de un hombre a quien persiguió sin tregua la mala fortuna” (El Nacional de Caracas, 1957).
“Un denso libro, de muy difícil lectura, que hoy mismo cuesta trabajo leer y sobre todo comprender su contenido”. José Vásquez Aliaga (La Prensa, Lima 12-DXII-1969).
Quien ha hecho apreciaciones realmente valiosas para nuestro propósito, ha sido José Tamayo Herrera:
“Libro lleno de arcaísmo, escribe Tamayo Herrera, neologismo y catecismo, de palabras raras que parecen sacadas de un diccionario obsoleto; de giros barrocos con una sintaxis extraña en que la concordancia funciona de un modo distinto y en que los tropos y lenguaje caprichoso tiene a veces relámpagos de extraña belleza”.
Nosotros agregamos algo: es un libro que se principia a leer y luego de algunas páginas, uno lo abandona por raro y algo ininteligible, yo no creo que haya persona que lo haya leído de cabo a rabo, estoy seguro que algunos han leído un poco y luego lo han dejado. Casi todos coinciden en calificar la forma y el lenguaje de “El Pez de oro” como “extraños”, podríamos decir “anormales”, faltos de coherencia, de ilación, a veces incomprensible.
También se le ha calificado como un diario, una autobiografía anímica del autor, que cada día expresó diferentes experiencias. Por ejemplo en el capitulo trenos hemos hecho un análisis de su contenido y encontramos lo siguiente:
TRENOS significa lamentaciones y efectivamente inicia con su lamento: “Hombre thantoso [harapiento], hombre despojado, varón hambriento, te mantuviste tibio en medio de la fiebre…”, etc.
En el párrafo siguiente marcado I, continúa los lamentos: “Heme aquí, padre Sol, Lupi tata… Ni labrador soy, ni tu caminante me hacen, y así como a orar, a látigo y lapos me obligaron…”
Él era librepensador desde niño y posiblemente le obligaban a orar contra su voluntad.
Sigue en el II: “Si como la hormona la juventud fuese eterna, agudo espasmo en el hielo…”
En seguida aparece un pensamiento agresivo: “¡Tumbemos las escuelas y a sus lívidos!”
En este párrafo seguramente hace una justificación al abandono prematuro que hizo de la escuela, sin concluir ni siquiera la primaria.
Cada párrafo no es sino una página de diario, y el mismo autor lo confirma:
“III. ¡Mi Diario! Toda la razón a quienes te llamaban cuando por jumencia, cuando por piedad…”
“IV. Si entre tú y tú, no hay otro: ¿quién miente? Nadie te impuso el garrapateo de tu ‘Diario’…”
Este capítulo continúa con referencias a su padre, a las chullpas, deseo de evasión, la imilla, Layqacota, otra vez la imilla, pensamientos deliberantes, el charango, acto homosexual, la coca, incoherencias, etc. Quiero citar textualmente un ejemplo de pensamiento delirante, paranoico e incoherente, de los muchos que se leen en el texto:
“La poesía crepita y revienta salvas de camerotones en mis ojos. Cuanto toco se vuelve canción. Cuando miro danza y danza la tierra bajo mis plantas. A trueque de kilómetros de lengua, llegaremos a Orko-pata, y vencido el centímetro de lodo, además de los jardines se abrirá un panorama proyectado de ellos, macerado en los sonkhos: ¡Mi hijo! ¡Hijo mío! – ¡Guaguay! ¡Guagualay!”
Otro párrafo que merece comentario es el siguiente: “XL. Ya, ya le poseo. Esta evidencia es tan comprobable como la de que uno y uno son dos; por más que un macho y otro macho, así el pubis se abollen, puedan darnos sino dos unos, y nunca un dos. Esto me lo soplaste en la sangre, tú, divino Sócrates; más qué hacerle, si los sabios lo hacen”.
Es posible que en su estado etílico, Churata tuvo alguna o algunas experiencias homosexuales, que trata de justificar con las costumbres de los maestros griegos que practicaban el homosexualismo como algo permitido.
En resumen, podemos decir desde el punto de vista médico, mejor dicho psiquiátrico, que “El Pez de Oro” es el diario de un genio literario, cuya mente alterada por el alcohol e influenciada posiblemente por el estilo de algunos otros literatos de fama mundial, particularmente James Joyce en su libro “Ulises”.
Churata, al igual que Joyce, utiliza monólogo interior, es decir escribe sus pensamientos y afectos en forma espontánea y auténtica de “reacciones instintivas, inconexas”, sin sujeción ni a la lógica ni a la gramática ni al decoro. Por consiguiente expresa libremente sus pensamientos, sentimientos y deseos, aun los más desagradables o puramente fisiológicos.
Se dice popularmente que todos tenemos algo de “músico, poeta y loco”, esto significa que casi todos los hombres no son completamente normales ni en cuerpo ni espíritu, siempre tenemos algún desequilibrio sobre todo en la esfera mental, desequilibrio que se exalta ya agudiza bajo la influencia de factores externos, sociales, que originan conflictos personales que colocan al sujeto en estado afectivo deprimente; de miedo, de rencor, de frustración, de remordimiento, etc.
Los factores que causan el desequilibrio mental son de tres clases:
1. Heredados
2. Plasmáticos, presentes en el citoplasma de las células germinales y el embrión.
3. Paratípicos o exógenos, provenientes del medio ambiente. En el caso de Churata han influenciado en su mente los factores exógenos, particularmente las frustraciones que ha sufrido permanentemente en su vida.
Las frustraciones son el resaltado de la desigualdad entre lo que se necesita y lo que se obtiene; entre lo que se espera y lo que se recibe; entre lo que se desea y lo que se consigue.
Churata nunca obtuvo lo que esperaba: triunfos literarios y, por consiguiente, halagos y riqueza; fue víctima de lo que se llama la “opresión social”: desempeñó empleos insignificantes, como cajista de imprenta, cronista de periódicos, etc. Vivió en permanente pobreza, fue victima del destierro.
Todo esto lo condujo a la evasión social mediante el alcoholismo y el uso de la coca, con las consecuencias consiguientes de un deterioro mental paulatino que se manifiesta en su obra literaria, particularmente “El Pez de Oro”, en el cual, ya dijimos, hay faltas de coherencia, de ilación, de sintaxis, pensamientos oníricos y delirantes, simbolismo, neologismos, etc., etc.
Señores: Lo que acabo de expresar no significa que “El Pez de oro”, no tenga méritos como obra literaria, los tiene y lo han expresado muchas personas; puede ser fuente de estudios lingüísticos, filosóficos, etc., yo solamente he interpretado la obra como expresión de un estado mental de la persona angustiada y frustrada, que noche a noche escribió el diario de sus sentimientos, en un estilo literario muy particular.

Bibliografía

1. Amorós, Andrés: Diez notas sobre el “Ulises”. ABC, Madrid, 30/1/1982.
2. Burgess, Anthony: Vías hacia el laberinto. Rev. Cielo Abierto, Nº 20:3, Lima, 1982.
3. Churata, Gamaliel: Antología. Ed. Instituto Puneño de Cultura, Lima, 1971.
4. Churata, Gamaliel: El Pez de Oro. II Festival del libro Puneño, CORPUNO, Puno, 1987.
5. Encinas, José Antonio: Un ensayo de Escuela Nueva en el Perú. Imp. Minerva, Lima, 1932.
6. Joyce, James: Ulises. Santiago Rueda Editor, Buenos Aires, 1972.
7. Kolle, Kurt: Psiquiatría. Ed. Alhambra, Madrid, 1964.
8. Lenning, Walter: E. A. Poe. Salvat Editores, Barcelona, 1985.
9. Mira y López, Emilio: La mente enferma. Servicio Científico Roche, Montevideo, 1962.
10. Tamayo Herrera, José: Historia social e indigenismo en el Altiplano. Ediciones Treintitrés, Lima, 1982.

A PROPÓSITO DEL LIBRO "PLUMAS DE BÚHO"*

“Plumas de Búho”** es el ingenioso título del libro que reúne los trabajos ganadores de las tres primeras ediciones del Concurso Literario que, desde el 2007, organiza anualmente el Semanario “El Búho” de Arequipa. Los géneros literarios que la compilación comprende son --conforme a las categorías del certamen-- Cuento, Ensayo Breve y Poesía. Según las bases del concurso, sólo pueden participar en él los ciudadanos residentes en Arequipa, Moquegua, Puno y Tacna, por lo que la autoría colectiva del libro se reduce a escritores sureños.

“Plumas de Búho” es la coronación de un ambicioso proyecto cultural nacido en el mencionado Semanario y que implica un doble (y magno) esfuerzo: la instauración de un concurso literario regional, primero, y la publicación de los trabajos ganadores, después. Así pues, el libro es una contribución inestimable del Semanario “El Búho” a la literatura sur peruana, ya que permite salir a luz, en una edición pulcra, a narradores, ensayistas y poetas --jóvenes los más de ellos (y muy talentosos)-- que de esta manera se ven distinguidos con el máximo premio al que puede aspirar un escritor: llegar a sus lectores. Tal vez aquí radique el aporte mayor de esta empresa quijotesca emprendida por el Semanario, esto es, tender un puente inconmovible entre autor y lector. Muchos de los escritores aquí publicados necesitaban ese espaldarazo final para sacudirse por fin de la oscuridad y garabatear el cielo con sus plumas de búho. En efecto, gran parte de los autores aquí publicados nacieron en los 70 y los 80, es decir, son relativamente jóvenes y están a punto de alcanzar su plenitud creativa. Pese a demostrar un gran talento, muchos de ellos no habían alcanzado aún el debido reconocimiento. Ahora, gracias al Semanario “El Búho”, tienen finalmente la tan apetecida oportunidad.

En “Plumas de Búho” figuran también autores de indudable prestigio regional, nacional e, incluso, internacional, quienes amen de consolidar sus brillantes carreras, elevaron el nivel del concurso. Entre ellos podemos mencionar al talentoso poeta Luis Rodríguez (Puno, 1974), galardonado en el 2005 con el Premio Copé de Poesía, o al extraordinario narrador arequipeño Orlando Mazeyra (1980), ganador de innumerables premios nacionales e internacionales. Curiosamente, “Plumas de Búho” nos permite conocer al primero en su faceta de cuentista (primer puesto en la primera edición del concurso) y al segundo en su faceta de ensayista (tercer puesto en la primera edición del concurso). Otros autores --no tan desconocidos (al menos en Puno)-- que obtuvieron lauros en las distintas ediciones de este certamen y cuyos textos aparecen en “Plumas de Búho” son: Goyo Torres, Rosa Núñez, Róger Alfonsín Vilca, Arthur Zevallos, etc. Aunque los ganadores son en su gran mayoría escritores arequipeños, podemos rescatar a dos puneños: Luis Rodríguez, quien no sólo se impuso en Cuento sino también en Poesía (primer puesto en la segunda edición), y Carlos Cornejo-Roselló (1974), quien en la primera edición obtuvo el tercer puesto en la categoría de Cuento. Esto no significa ni mucho menos que haya existido algún tipo de favoritismo chauvinista, pues las ternas de jurados establecidas para cada modalidad estuvieron integradas por personalidades intachables como Juan Carlos Valdivia, Teresa Arrieta, Alfredo Herrera, Willard Díaz, José Gabriel Valdivia, etc. Esperamos que en las siguientes convocatorias la cifra de puneños premiados se incremente. Cabe también resaltar al narrador cusqueño Luis Ormachea (1974), quien ganó por dos años consecutivos (2008 – 2009) el primer premio en la categoría de Cuento.

Ahora que está de moda quejarse a boca llena del centralismo limeño que agobia a las provincias, de la supuesta "secta garcilacista" que medra a sus anchas en el espacio literario peruano y ningunea a los escritores provincianos (léase andinos), de la hegemonía pituca impuesta por los criollos (herederos de Vargas Llosa); hoy que algunos provincianos se desviven por pegarla de escribidores marginales, pobrecitos, periféricos, andinos, indígenas, telúricos, comprometidos, “progres”, etc. mandando a la porra la calidad literaria y exudando ríos navegables de lágrimas y bilis; ahora que se pretende cubrir la terca incompetencia (literaria) con el manto arcaico del “victimismo”; hoy que está de moda quejarse de la ausencia absoluta de espacios y oportunidades para las letras provincianas,…empeños titánicos como los desplegados por el Semanario “El Búho” constituyen remedios infalibles para combatir esas añejas dolencias provincianas, (ay) demasiado provincianas. En “Plumas de Búho” el lector puneño encontrará las manifestaciones frescas, saludables, vigorosas y nobles de la naciente literatura sur peruana, que --a despecho de los predicadores de la marginalidad paranoide-- nada tiene de cenicienta humillada y ofendida.

Notas:
* Texto lamentable y pobretón --perpetrado a vuela pluma (horas después de una tranca memorable) e infinitamente indigno de la muy magnífica obra objeto de comentario-- que el autor tuvo la desfachatez de leer en la presentación del libro “Plumas de Búho”, decepcionado a los tres tristes gatos que asistieron al evento por casualidad o error (que pagaron con creces) y máxime al poeta Luis Rodríguez, encargado de organizar la presentación en Puno, a quien se le ocurrió la malhadada idea (lapsus poeticus) de encargar el comentario del libro de marras a un oscuro vástago del infortunio, sin talento, sin chamba y sinvergüenza. El evento se realizó en la Casa de la Cultura (Municipalidad Provincial de Puno) el día jueves 28 de octubre del 2010 a horas 7:00 p. m. y contó con la presencia de Jorge Álvarez, representante del Semanario “El Búho”. Los otros comentaristas fueron el poeta Rubén Soto y el polifacético escritor José Luis Velásquez Garambel, quienes se lucieron con sendas disertaciones (al parecer improvisadas) que, si bien rozaron de manera tangencial sólo un aspecto del libro o se regodearon en anécdotas banales, buenas nuevas y laboriosas excursiones al país de las ramas, sí estuvieron a la altura de las circunstancias, ya que se trata de dos célebres personalidades del remoto paraje (o pasaje) literario sito en Puno. En fin, mis sinceras condolencias a Jorge Álvarez, creo que le debemos (amen de tres ejemplares de “Plumas de Búho”) un merecido desagravio…

* * Plumas de Búho. Selección de ganadores del Concurso Literario “El Búho” 2007 - 2009, Cascahuesos, Arequipa, 2010, 210 pp.