Arturo Vilchis, durante la conferencia sobre Churata y De Rokha ofrecida en el auditorio del GRP. |
No es de Puno, pero su versación en la vida y obra de Gamaliel Churata, y más aún, la pasión que irradia al referirse al autor de “El Pez de Oro”, son una verdadera lección de puneñidad. No en balde publicó “Arturo Pablo Peralta Miranda. Travesía de un itinerante” (2008), una documentada biografía del escritor altiplánico. Su nombre es Arturo Vilchis Cedillo, y es mexicano; aunque, admitámoslo, su dejo parece más bien el de un peruano. Y si no dijera “Orkópata” o “áimara”, incluso se haría pasar por puneño.
Por
estos días, Vilchis está de visita en Puno. El pasado miércoles (19/12/2012), a
las 10 h, en el auditorio del gobierno regional, dictó una
conferencia sobre Churata y el poeta chileno Pablo de Rokha. Una suerte
de vidas paralelas. Y por la tarde, mientras la lluvia hacía de las
suyas, nos concedió una entrevista en la sala de recepción de su
hotel. Lo que sigue es solo la primera parte de esa extensa y, para
nosotros, enriquecedora charla.
¿Cómo nace su
interés por investigar a Churata, teniendo en cuenta que Ud. es
mexicano, y Churata como que no es muy conocido ni siquiera en el
Perú?
Sí, bueno, yo inicié
con Churata hace más de doce años, mi primer acercamiento fue a
partir de un artículo sobre la vanguardia andina en Puno que salió
en la “Revista de Crítica Literaria Latinoamericana”, que
dirigía Antonio Cornejo Polar en los 80. Y, bueno, en México yo he
tenido profesores, exiliados peruanos, que hablaban tanto de
Mariátegui como de Vallejo, y muy poco se mencionaba a Churata; en
México existe, y he tenido la oportunidad de revisar, la edición
facsimilar de “Amauta” y encontré un cuento de Churata, “El
gamonal”, así como algunos otros escritos, digamos que ahí empezó
mi interés… Yo, posteriormente, en el año 2000 encontré en la
biblioteca personal de José Gaos, el filósofo español que llegó a
radicar en México, el único ejemplar existente en México de “El
Pez de Oro”, de 1957, con la firma y dedicatoria de Churata a Gaos.
Posteriormente, empecé a indagar más y leí “Fronteras del
discurso” de Miguel Ángel Huamán, después llegó “El
ultraorbicismo en el pensamiento de Churata” de Manuel Pantigoso. Y
por primera vez viajé al Perú, a Lima, en 2004; posteriormente vine
dos días a Puno, y un día y medio a Bolivia. En este primer viaje
traté de buscar todo lo referente a Churata… Fue muy corta mi
travesía. Posteriormente, yo voy a seguir viajando, digamos, esta es
la cuarta vez que estoy en Puno, la cuarta y única ocasión que he
podido estar más de un mes, no solamente en Puno sino también en
Bolivia.
Le oí decir en la
conferencia que Ud. tuvo un profesor que perteneció a Gesta Bárbara
y que probablemente conoció a Churata en Bolivia.
Sí, es Gesta Bárbara,
pero es la segunda Gesta Bárbara, no la primera de Potosí, de
1917-18; él perteneció a la generación de 1945, no fue, digamos,
de los primeros integrantes. Él fue el doctor Mario Miranda Pacheco,
quien falleció hace poco… Yo estudié la licenciatura de Estudios
Latinoamericanos en la UNAM, él impartía una clase que se llamaba
Seminario Socioeconómico de América Latina. Cuando lo tuve de
profesor, en el 96 - 97, yo todavía no conocía a Churata… Yo me
acerqué a él (Miranda) en el 2004 y fue cuando él me dijo que
realmente Churata era un tema finiquitado para la historia de la
cultura de Latinoamérica… Y él se negó rotundamente a hablar
sobre Churata…
Pero lo conoció…
Lo conoció… Churata
era un referente, digamos, fundamental desde el año 32, en que llega
a Bolivia, hasta los 60. Era un guía, pero no en un sentido autoritario
de decir qué se hacía o qué no se hacía. Y aunque él no era
aceptado dentro de la intelectualidad boliviana, sabía todo lo que
se estaba haciendo culturalmente en Bolivia… Y Mario Miranda, por
supuesto, tuvo participación en la cultura boliviana hasta antes de
llegar a México, y tuvo que ver con Churata. Y más porque Churata
hizo una crítica a esta segunda generación… Él dijo que estos
jóvenes habían escrito para una élite, nunca para el pueblo, para
la masa. La posición de Churata siempre fue que ser periodista no
significa que el conocimiento, el saber se rebajaba. Simple y
sencillamente, al pueblo también hay que darle la educación, porque
eso no es un privilegio de una élite.
Cuando se publicó “El
Pez de Oro”, como que en Puno no se le entendió, en el Perú mucho
menos. Se creía que en Bolivia le fue mejor, pero Ud. descubrió que
incluso intelectuales bolivianos no lo habían leído.
Mira, cuando sale “El
Pez de Oro”, en la edición de Kanata (1957), su recepción es
pésima. Hay una crítica que se le hace, a los pocos meses, en una
revista cuyo nombre ahorita no recuerdo muy bien, donde se dice que
no sirve para nada, que es un libro inútil, y el tipo ese lo deshace
completamente, sin saber realmente lo que era… Por otra parte
también, al hablar del indio en “El Pez de Oro”, su recepción
en Bolivia no es tan buena, por los prejuicios que existen
contra el indio en ese país hasta la fecha, ¿no?, y eso contó para
que “El Pez de Oro” fuera marginado en lo cultural; sin embargo,
Fernando Diez de Medina, como un acto, digamos, de reconocimiento al
maestro Churata, le intenta dar el Premio Nacional de Cultura, y
Churata lo rechaza. Dice Don Ángel Torres, un periodista que conoció
a Churata, dice que lo rechazó porque seguía siendo peruano. Yo
intento demostrar con mi investigación que Churata lo rechaza porque
estaba fuera de este círculo de premios, de medallas, nunca estuvo
de acuerdo con ello. Hasta la fecha existen unas cartas a su hijo
Mario Peralta en las cuales da a conocer, a ciencia cierta, lo que
significó el rechazo a este premio que Diez de Medina le intentó
dar… Y en Lima siempre ha sido rechazado, aunque ahora se le está
dando un poco más de importancia, se le ha rechazado por ser serrano…
(Bueno, aunque él era mestizo, nació en Arequipa, pero dice yo me
formé en Puno, y quizá fue un accidente nacer en Arequipa). Eso por
una parte, la otra por ser autodidacta. Y la tercera por ser defensor
del indio. La cuarta, digamos, por la cuestión ideológica. Por eso
fue rechazado en los círculos intelectuales de Lima y Bolivia… A
mí me alegra que ahora se le esté dando mayor difusión a la obra de
Churata. Prueba contundente de esto es que en España, Cátedra, una
de las editoriales más importantes a nivel del habla hispana, lo ha
editado (“El Pez de Oro”) gracias a otra conocedora de Churata
que es Helena Uzandizaga, la catalana. Eso da muestra de que Churata
está en el mismo horizonte de equilibrio junto a otros escritores no
solamente latinoamericanos sino a nivel mundial.
Pero Ud. comentaba que
había hallado ejemplares de “El Pez de Oro” sellados, que no
habían sido leídos, en las bibliotecas de intelectuales bolivianos.
Sí, Churata repartía
sus libros. Me han dicho que él los tenía debajo de la cama como
tabiques, como adobes, y los repartía, algunos
con dedicatoria y demás. Por ejemplo, yo he revisado en Bolivia la
biblioteca personal de Augusto Costa de la Torre, un gran intelectual
y literato boliviano, y “El Pez de Oro” está sin abrir, las
páginas están tal como salen de la imprenta, pegadas. Ese es uno;
el otro es de la biblioteca de El Alto, de Antonio Pérez Candia,
también el libro está intacto. Hay otro ejemplar en la Universidad
de San Andrés, y también está intacto, no lo llegaron a leer… Yo
les puedo decir que revisé el ejemplar de José Gaos, y sí está
abierto y tiene ciertas anotaciones que ya con el tiempo, como eran
hechas a lápiz, ya son ininteligibles, pero se ve que Gaos sí llegó
a hacer una lectura de “El Pez de Oro”.
* Entrevista publicada en el diario Correo (Puno), 22/ 12/ 2012.