domingo, 5 de febrero de 2012

SE ENSEÑA LENGUA Y LITERATURA PARA LA COMUNICACIÓN, NO PARA EL SILENCIO*



Circula ya en el mercado cultural del altiplano Pensar las Lenguas y las Literaturas en el Centenario de José María Arguedas, volumen que reúne las ponencias presentadas en el VI Congreso Regional de Educadores de Comunicación de la Región Puno, evento desarrollado en octubre del año pasado en la ciudad de Azángaro y que concitó la participación de renombrados escritores del medio así como de numerosos profesores de la especialidad, procedentes de todos los confines del departamento, que abarrotaron el teatrín del municipio azangarino.


“En el presente texto existen reflexiones sobre las formas de pensar, actuar y sentir de la crítica literaria, políticas lingüísticas e investigaciones sobre las pedagogías de la enseñanza de la comunicación… Es el testimonio de un homenaje a uno de los más grandes escritores de todos los tiempos: José María Arguedas”, señalan los miembros de la Comisión Organizadora del referido congreso en la “presentación” del libro.


La edición de Pensar las Lenguas y las Literaturas… estuvo a cargo del profesor Ricardo Melo Quispe, quien a su vez presidió la Comisión Organizadora, y los especialistas en Comunicación de las distintas UGELs de la región Puno.


¿Y cuál fue la motivación del congreso y su posterior plasmación en libro? “La tarea de pensar las literaturas y las lenguas en un momento especial para las letras peruanas y puneñas es singularmente relevante. José María Arguedas fue el ágora, la piedra de toque de muchos intelectuales que se congregaron en el histórico pueblo de Azángaro para debatir, discutir, proponer nuevos derroteros para el futuro de la comunicación. Es que en los propósitos de la enseñanza de la lengua y la literatura no se educa para el silencio sino para la comunicación”, sostienen los editores.


El texto consta de tres partes. La primera (crítica literaria) recoge las ponencias de reconocidos escritores como José Gabriel Valdivia (la novelística de Arguedas), Jorge Florez-Áybar (Arguedas versus Vargas Llosa), José Luis Velásquez (la poética de Gamaliel Churata), Walter Bedregal (la narrativa puneña), Darwin Bedoya (la última poesía latinoamericana) y Javier Núñez (análisis del discurso y poesía). A algunos de estos trabajos el rótulo de “crítica literaria” les queda demasiado grande, pues, a decir verdad, son apenas “esbozos” de artículos o ensayos que sus autores deberían trabajar con más seriedad y dedicación. En ciertas ponencias se evidencia la improvisación, el autoplagio, el cut and paste, etc.; otras incitan al sopor desde el título y dos, por lo menos, son auténticos refritos.


La segunda parte del libro, referida a las políticas lingüísticas, contiene un sesudo artículo del Dr. Walter Paz en torno a la teoría lingüística y la enseñanza de las lenguas, y una reflexión (a ratos lacrimosa) del profesor Jaime Barrientos acerca de la inminente extinción de las lenguas andinas.


En la tercera sección, titulada “Investigación y reflexiones pedagógicas en el área de Comunicación”, encontramos cinco aportes de los cuales rescatamos el del poeta y profesor Percy Zaga quien comparte con sus colegas útiles consejos para la enseñanza de la literatura regional. Otra ponencia que destaca, no precisamente por sus virtudes en la redacción sino por la novedad del tema que aborda, es “Sobre la ciberpragmática”, del profesor Pío Chambi, cuyas ideas sueltas y bibliografía podrían ser aprovechadas por los docentes de Comunicación para abrirse camino en esta novísima rama de la lingüística. Los demás trabajos, preparados por los educadores Ricardo Melo, Pedro Vilca y Patricia Ramos, no dejan de ser importantes, aunque sería conveniente que los dos últimos amplíen sus investigaciones de acuerdo a los esquemas que presentaron y publicaron.


Un descuido fatal en la edición del libro objeto de comentario es que algunas ponencias están plagadas de gazapos y erratas, situación que sería tolerable y comprensible si se tratara de una publicación emprendida --digamos-- por ingenieros, profesores de matemática o futbolistas, empero hallar estas deficiencias precisamente en quienes deberían ser los celosos guardianes de la gramática y la buena redacción --escritores, especialistas en Comunicación, maestros de Lengua y Literatura-- es un hecho, por decir lo menos, preocupante. “En casa de herrero, cuchillo de palo”, reza un oportuno refrán. (Walter Paz, quien increíblemente aparece como “corrector” del volumen, se merece un desagravio). A no ser que los errores gramaticales hayan sido sembrados allí adrede, a fin de que los profesores de la materia se ejerciten en la corrección de textos. Si este fuera el caso, habría que aplaudir el ingenio pedagógico de los editores.


Finalmente, al margen de los reparos aquí esgrimidos, cabe felicitar a los organizadores del VI Congreso Regional de Educadores de Comunicación no solo por el éxito de este magno evento desarrollado en Azángaro sino también por plasmar en un libro las ponencias allí sustentadas, contribuyendo así a enriquecer la escasa bibliografía de la especialidad que se produce en Puno. Este esfuerzo editorial, pese a sus limitaciones, debe estimular a los docentes del área para que amplíen cada vez más sus horizontes, de tal modo que sean capaces de enseñar Lengua y Literatura, como dicen los editores, no para el silencio sino para la comunicación.


*Reseña publicada en el diario Correo (Puno), 03/02/2012.

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